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La actividad física podría parecerle difícil si tiene sobrepeso. Puede que se quede sin aliento o se canse rápidamente. Encontrar o comprar la ropa y el equipo adecuados puede ser frustrante, o tal vez no se sienta cómodo haciendo ejercicio delante de otras personas.
La buena noticia es que usted puede superar estos retos. No solo puede permanecer activo independientemente de su peso, sino que también puede divertirse y sentirse bien al mismo tiempo.
Las investigaciones demuestran firmemente que la actividad física es segura para casi todas las personas. Los beneficios para la salud de la actividad física superan con creces los riesgos.1
Las actividades que aquí mencionamos son seguras para la mayoría de las personas. Si tiene problemas para moverse o mantener el equilibrio mientras está parado, o si se queda sin aliento fácilmente, hable con un profesional de atención médica antes de empezar. También debe hablar con un profesional de atención médica si no está seguro de su salud, si le preocupa que la actividad física no sea segura para usted o si tiene:
Mantenerse activo puede ayudarlo a vivir más tiempo y protegerlo de desarrollar problemas de salud graves, como diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y ciertos tipos de cáncer. La actividad física regular está vinculada a muchos beneficios para la salud, como:
Las Pautas de actividad física para los estadounidenses, segunda edición (PDF, 14.2 MB) (en inglés), definen la actividad física regular como al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica de intensidad moderada, como caminar a paso ligero. Caminar a paso ligero significa a un ritmo de 3 millas por hora o más rápido. Una actividad de intensidad moderada lo hace respirar más fuerte pero no lo agota ni lo sofoca. También debe realizar actividades de fortalecimiento muscular al menos 2 días a la semana.
Puede alcanzar esta meta comenzando con 5 minutos de actividad física varias veces al día, de 5 a 6 días a la semana; después podría aumentar el ejercicio gradualmente hasta 10 minutos por sesión, 3 veces al día. Si hace aun más actividad, podría obtener aun más beneficios para la salud.1
Cuando se combina con una alimentación saludable, la actividad física regular también podría ayudarle a controlar su peso. Sin embargo, las investigaciones demuestran que incluso si no puede adelgazar o mantener su pérdida de peso, igual puede disfrutar de importantes beneficios para la salud derivados de la actividad física regular.2,3
La actividad física también puede ser muy divertida si hace actividades que disfruta e involucra a otras personas. Mantenerse activo con otras personas puede darle la oportunidad de conocer gente nueva o pasar más tiempo con familiares y amigos. También pueden inspirarse y motivarse mutuamente para mantenerse activos.
Elegir actividades físicas que coincidan con su condición física y metas de salud puede ayudarle a mantenerse motivado y evitar que se lastime.1 Es posible que sienta una leve molestia o dolor muscular cuando empiece a hacer ejercicio por primera vez. Estas molestias deberán desaparecer a medida que se acostumbre a su actividad. Sin embargo, si se siente mal del estómago o le duele algo, es posible que se haya excedido. Tómelo con más calma y luego aumente lentamente su nivel de actividad. Algunas actividades, como caminar o hacer ejercicios en el agua, son menos propensas a causar lesiones.
Si ha estado inactivo, comience lentamente y vea cómo se siente. Aumente gradualmente el tiempo y la frecuencia de la actividad física. Si necesita orientación, consulte con un profesional de atención médica o un entrenador físico certificado.
He aquí algunos consejos para mantenerse seguro durante la actividad física:
Si no se siente bien, suspenda su actividad. Si tiene alguno de los siguientes síntomas, deténgase y busque ayuda de inmediato:
Consulte con un profesional de atención médica sobre qué hacer si tiene alguno de estos síntomas. Si su actividad le causa dolor en las articulaciones, los pies, los tobillos o las piernas, también debe consultar con un profesional de atención médica para ver si necesita cambiar el tipo o la cantidad de ejercicio que hace.
No necesita ser un atleta o tener habilidades o equipos especiales para que la actividad física sea parte de su vida. Muchos de los tipos de actividades que realiza todos los días, como pasear a su perro o subir y bajar escalones en casa o en el trabajo, pueden ayudarle a mejorar su salud.
Pruebe diferentes actividades que disfruta. Si le gusta una actividad, es más probable que se ciña a ella. Cualquier cosa que lo haga moverse, incluso por unos minutos, es un comienzo saludable para ponerse en forma.
Caminar es gratis y fácil, y puede hacerlo casi en cualquier lugar. Caminar le ayudará a:
Si le preocupa la seguridad, intente caminar en un centro comercial o parque bien iluminados y donde haya otras personas alrededor. Muchos centros comerciales y parques tienen bancos donde puede sentarse a descansar un poco. Caminar con un familiar o amigo es más seguro que caminar solo y puede brindarle el apoyo social que necesita para cumplir con sus metas relacionadas con la actividad física.
Si no tiene tiempo para una caminata larga, haga varias caminatas cortas. Por ejemplo, en lugar de una caminata de 30 minutos, agregue tres caminatas de 10 minutos a su día. Los períodos de actividad más cortos son más fáciles de encajar en un horario ocupado.
Bailar puede ser muy divertido y además tonifica los músculos, fortalece el corazón y los pulmones y mejora el estado de ánimo. Puede bailar en un gimnasio, estudio de baile o incluso en casa. Solo necesita poner música animada y empezar a moverse. También puede bailar con un video en la TV o la computadora.
Si le cuesta permanecer parado durante mucho tiempo, intente bailar sentado. El baile en silla le permite mover los brazos y las piernas al ritmo de la música sin poner peso en los pies.
Cuando monta en bicicleta reparte su peso entre los brazos, la espalda y las caderas. Para montar en bicicleta al aire libre, una sugerencia es usar una bicicleta de montaña que tiene llantas más anchas y es más resistente que las bicicletas con llantas más delgadas. Puede comprar un asiento más grande para que la bicicleta sea más cómoda.
Para practicar ciclismo en interiores, puede probar una bicicleta reclinada. En este tipo de bicicleta, se sienta más cerca del suelo con las piernas extendidas hacia los pedales. Su cuerpo está en una posición más reclinada, lo que puede ser más cómodo que sentarse derecho. El asiento de una bicicleta reclinada también es más ancho que el asiento de una bicicleta normal.
Si decide comprar una bicicleta, verifique cuánto peso puede soportar para asegurarse de que sea segura para usted.
La natación y los ejercicios acuáticos ejercen menos presión sobre las articulaciones que caminar, bailar o montar en bicicleta. Si le duelen los pies, la espalda o las articulaciones cuando está de pie, las actividades acuáticas pueden ser lo más recomendable para usted. Si se siente cohibido por usar un traje de baño, puede usar pantalones cortos y una camiseta mientras nada.
Los ejercicios en el agua:
No necesita saber nadar para hacer ejercicios en el agua. Puede hacer ejercicios en aguas poco profundas o profundas en cualquier extremo de la piscina sin nadar. Por ejemplo, puede hacer piscinas agarrado a una tabla de natación y aleteando los pies. También puede caminar o trotar a lo ancho de la piscina mientras mueve los brazos.
Para los ejercicios en aguas poco profundas, el nivel del agua debe estar entre la cintura y el pecho. Durante los ejercicios en aguas profundas, la mayor parte de su cuerpo está bajo el agua. Para mayor seguridad y comodidad, use un cinturón de espuma o chaleco salvavidas.
El ejercicio de fortalecimiento implica el uso de pesas libres, máquinas de levantamiento de pesas, bandas de resistencia o su propio peso corporal para fortalecer sus músculos. El ejercicio de fortalecimiento de la parte inferior del cuerpo mejorará su equilibrio y evitará caídas.
El ejercicio de fortalecimiento puede ayudarle a:
Si recién está empezando, usar una máquina de levantamiento de pesas puede ser más seguro que las pesas. A medida que se pone en forma, es posible que desee agregar ejercicios de peso libre con pesas.
No necesita un banco de pesas o pesas grandes para hacer ejercicios de fortalecimiento en casa. Puede usar un par de pesas de mano para trabajar los bíceps. También puede usar su propio peso corporal: por ejemplo, levantarse y sentarse de una silla.
Al levantar pesas, es muy importante la forma de hacerlo. Puede lastimarse si no lo hace correctamente. Quizás desee programar una sesión con un entrenador profesional certificado para que le enseñe cuáles ejercicios hacer y cómo hacerlos de manera segura. Verifique con su asegurador de salud si su plan de salud cubre estos servicios.
Si decide comprar un gimnasio para la casa, verifique cuánto peso puede soportar para asegurarse de que es seguro para usted.
El hospital o gimnasio, centro de recreación o centro comunitario local pueden ofrecer clases como yoga, tai chi o Pilates. También puede encontrar algunos de estos ejercicios en línea y puede descargarlos a una computadora, teléfono inteligente u otro dispositivo. Este tipo de actividades pueden ayudarle a:
Estas clases también pueden ser muy divertidas y agregar variedad a su rutina de ejercicios. Si algunos movimientos son difíciles de hacer o si tiene lesiones que le preocupan, hable con el instructor sobre cómo adaptar los ejercicios y las posturas para satisfacer sus necesidades, o empiece con una clase para principiantes.
Las actividades de la vida diaria, como limpiar el ático o lavar el automóvil, son excelentes maneras de moverse. He aquí algunos pequeños cambios que pueden agregar más actividad física a su día y mejorar su salud:
Incluso ir de compras puede ser ejercicio porque brinda la oportunidad de caminar y cargar sus bolsas. Las tareas como cortar el césped, rastrillar las hojas y la jardinería también cuentan.
Puede encontrar muchos lugares divertidos para mantenerse activo. Contar con más de un lugar puede evitar que se aburra. He aquí algunas opciones:
Lo más probable es que enfrente obstáculos que le impidan alcanzar su metas relacionadas con la actividad física. Piense en lo que le impide mantenerse activo y luego trate de encontrar formas creativas de abordar esos obstáculos. He aquí algunos consejos para ayudarle a empezar:
Barrera | Solución |
No tengo suficiente tiempo. | En lugar de hacer una larga sesión de ejercicio, haga una actividad rápida de 10 minutos, tres veces al día, como una caminata rápida. Incluso pararse en lugar de sentarse en su escritorio tiene beneficios. |
Simplemente no me gusta hacer ejercicio. | ¡Buenas noticias! No tiene que correr una maratón o ir al gimnasio todo el tiempo para beneficiarse de estar activo. Para que la actividad física sea más divertida, intente hacer algo que le guste, como bailar con la música de la radio o tomar una clase de yoga con amigos. Muchas personas descubren que entre más hacen ejercicio, más les gusta. |
Me preocupa mi salud o lastimarme. | Si tiene dificultades para mantenerse activo debido a su salud, consulte primero con un profesional de atención médica. Un entrenador profesional certificado también puede guiarlo sobre cómo mantenerse activo de manera segura. |
Me cohíbe hacer ejercicio enfrente de otras personas. | Comience a mantenerse activo en casa hasta que se sienta más seguro de sí mismo. Manténganse activo con amigos que lo apoyen y motiven. |
(Agregue su barrera aquí.) | (Agregue su solución aquí.) |
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Ceñirse a un plan para mantenerse físicamente activo puede ser todo un reto. Las herramientas en línea como el Planificador de peso corporal de los NIH (en inglés) le pueden ayudar. El Planificador de peso corporal de los NIH (Body Weight Planner) le permite adaptar sus planes de calorías y actividad física para alcanzar sus metas personales dentro de un período de tiempo determinado.
También puede descargar aplicaciones para hacer ejercicio que le permiten ingresar información para seguir su progreso usando una computadora o teléfono inteligente u otro dispositivo móvil.
Los dispositivos que puede usar, como podómetros y rastreadores de ejercicio, pueden ayudarle a contar los pasos, las calorías y los minutos de actividad física. Los rastreadores pueden ayudarle a establecer metas y monitorear el progreso. La mayoría de estos dispositivos se usan en la muñeca como un reloj o se sujetan a la ropa.
Mantener un diario de actividades es otra buena manera de ayudarle a mantenerse motivado y enfocado para lograr sus metas relacionadas con su condición física.
Fíjese metas. Mientras hace el seguimiento de su actividad, trate de establecer metas específicas a corto y a largo plazo. Por ejemplo, en lugar de “Seré más activo” establezca una meta como “Caminaré después del almuerzo al menos 2 días a la semana”. Empezar con una meta factible es una buena manera de formar un nuevo hábito. Una meta a corto plazo puede ser caminar de 5 a 10 minutos, 5 días a la semana. Una meta a largo plazo puede ser realizar al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada por semana.
Busque apoyo. Pida a un familiar o amigo que haga ejercicio con usted. Su compañero de ejercicio puede ayudarle a que sus actividades sean más divertidas y puede animarlo y ayudarlo a lograr sus metas.
Registre su progreso. Quizás sienta que no está progresando, pero al recordar donde empezó, puede llevarse una grata sorpresa. Hacer que la actividad regular sea parte de su vida es un gran paso. Empiece lentamente y felicítese por cada meta que establezca y logre.
Repase su metas. ¿Cumplió las metas? Si responde que no, ¿por qué? ¿Son factibles? ¿Se encontró con un obstáculo tratando de lograr su meta? ¿Qué cambiará la próxima semana? Haga una lluvia de ideas sobre algunas opciones para superar futuros obstáculos. Pídale a un familiar o amigo que le ayude a apoyar sus metas.
Elija recompensas no alimentarias. Ya sea que su meta sea mantenerse activo 15 minutos al día, caminar más lejos de lo que lo hizo la semana pasada o simplemente mantenerse positivo, reconocer sus esfuerzos es una parte importante de mantenerse en curso. Decida cómo se recompensará. Algunas ideas de recompensas incluyen conseguir nueva música que lo motive o comprar nueva ropa o zapatos deportivos.
Sea paciente consigo mismo. No se desanime si tiene contratiempos de vez en cuando. Si no puede lograr su meta la primera vez o solo puede cumplir con sus metas durante parte de la semana, recuerde que todo esto es parte del proceso de establecer nuevos hábitos.
Mire hacia el futuro. Trate de concentrarse en lo que hará de manera diferente en el futuro, en lugar de en lo que salió mal. Dese unas palmaditas en la espalda por intentarlo.
Lo más importante: no se rinda. Cualquier movimiento, incluso por poco tiempo, cuenta. Cada actividad que agregue a su vida es otro paso hacia una vida más saludable.
El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) y otros componentes de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) realizan y respaldan las investigaciones de muchas enfermedades y afecciones.
Los ensayos clínicos forman parte de la investigación clínica y son el núcleo de todos los avances médicos. Los ensayos clínicos buscan nuevas formas de prevenir, detectar o tratar enfermedades. Los investigadores también usan los ensayos clínicos para observar otros aspectos de la atención médica, como mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades crónicas. Investigue si los ensayos clínicos son adecuados para usted.
En www.ClinicalTrials.gov (en inglés) puede encontrar los ensayos clínicos que están abiertos actualmente y reclutando participantes.
This content is provided as a service of the National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases
(NIDDK), part of the National Institutes of Health. NIDDK translates and disseminates research findings to increase knowledge and understanding about health and disease among patients, health professionals, and the public. Content produced by NIDDK is carefully reviewed by NIDDK scientists and other experts.
El NIDDK quiere agradecer a:
Richard Troiano, M.D., Captain, U.S. Public Health Service, U.S. Department of Health and Human Services