Los profesional de atención médica usan las pruebas de la tiroides para verificar qué tan bien está funcionando la tiroides y para encontrar la causa de problemas como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo. La tiroides es una glándula pequeña en forma de mariposa en la parte delantera del cuello que produce dos hormonas tiroideas: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Las hormonas tiroideas controlan como el organismo usa la energía, por lo que afectan casi todos los órganos, incluso el corazón.
Las pruebas de la tiroides ayudan a los profesionales de atención médica a diagnosticar enfermedades de la tiroides como:
El médico comenzará haciéndole análisis de sangre y podría además ordenarle pruebas de diagnóstico por la imagen.
Los médicos pueden ordenar uno o más análisis de sangre para chequear la función tiroidea. Los análisis pueden incluir pruebas de la hormona estimulante de la tiroides (TSH), de T4, T3 y pruebas de anticuerpos tiroideos.
Para estos análisis, un profesional de atención médica le extraerá una muestra de sangre del brazo y la enviará a analizar a un laboratorio. El médico le comentará sobre los resultados de su prueba.
Los profesionales de atención médica por lo general chequean primero la cantidad de la TSH en la sangre. La TSH es una hormona producida en la glándula pituitaria (hipófisis) que le indica a la tiroides cuánta T4 y T3 producir.
Una concentración alta de la TSH a menudo significa que tiene hipotiroidismo o una tiroides poco activa (hipoactiva). Esto significa que su tiroides no está produciendo suficiente hormona. Como resultado, la glándula pituitaria sigue produciendo y liberando la TSH en la sangre.
Una concentración baja de la TSH generalmente significa que tiene hipertiroidismo o una tiroides muy activa (hiperactiva). Esto significa que la tiroides está produciendo demasiada hormona, por lo que la glándula pituitaria deja de producir y de liberar la TSH en la sangre.
Si los resultados de la prueba de la TSH no son normales, será necesario hacer al menos otra prueba para ayudar a encontrar la causa del problema.
Una concentración alta de T4 en la sangre puede significar que tiene hipertiroidismo y una concentración baja de T4 en la sangre puede significar que tiene hipotiroidismo.
En algunos casos, las concetraciones altas o bajas de T4 no significan necesariamente que tiene problemas de tiroides. Si está embarazada o está tomando anticonceptivos orales (en inglés), las concentraciones de la hormona tiroidea estarán más altas. Las enfermedades graves o el uso de corticosteroides, medicamentos para tratar el asma, la artritis, las afecciones de la piel y otros problemas de salud pueden reducir las concetraciones de T4. Estas afecciones y medicamentos cambian la cantidad de proteínas en la sangre que se “ligan” a la T4. La T4 ligada se mantiene en reserva en la sangre hasta que se necesita. La T4 “libre” no está ligada a estas proteínas y está disponible para ingresar a los tejidos corporales. Como los cambios en las concetraciones de proteína ligada no afectan las concetraciones de T4 libres, muchos profesionales de la atención médica prefieren medir la T4 libre.
Si su profesional de atención médica sospecha que usted podría tener hipertiroidismo aunque su concentración de T4 sea normal, le podrían hacer una prueba de T3 para confirmar el diagnóstico. A veces la T4 está normal pero la T3 está alta, entonces puede ser útil medir las concetraciones tanto de T4 como de T3 para diagnosticar el hipertiroidismo.
La medición de las concentraciones de anticuerpos tiroideos puede ayudar a diagnosticar un trastorno tiroideo autoinmunitario, como la enfermedad de Graves (en inglés), la causa más común de hipertiroidismo, y la enfermedad de Hashimoto, la causa más común de hipotiroidismo. Los anticuerpos tiroideos se producen cuando el sistema inmunitario ataca la glándula tiroides por error. Su profesional de atención médica le puede ordenar que se realice pruebas de anticuerpos tiroideos si los resultados de otros análisis de sangre sugieren la presencia de la enfermedad de la tiroides.
Su profesional de atención médica puede ordenar una o más pruebas de diagnóstico por la imagen para diagnosticar y encontrar la causa de la enfermedad de la tiroides. Un técnico capacitado generalmente realiza estas pruebas en el consultorio del médico, centro de atención ambulatoria u hospital. Un radiólogo, un médico que se especializa en imágenes médicas, revisa las imágenes y le envía un informe a su profesional de atención médica para que lo analice con usted.
La ecografía de la tiroides se usa con mayor frecuencia para buscar o analizar más de cerca los nódulos tiroideos. Los nódulos tiroideos son protuberancias en el cuello. La ecografía puede ayudarle al médico a determinar si los nódulos tienen más probabilidad de ser cancerosos.
Para hacerse una ecografía, se acostará en una mesa de exploración y un técnico le colocará sobre el cuello un dispositivo llamado transductor. El transductor rebota del cuello ondas de sonido, que son seguras e indoloras, para tomar imágenes de la tiroides. La ecografía generalmente toma alrededor de 30 minutos.
Los profesionales de atención médica hacen una exploración de la tiroides para observar el tamaño, la forma y la posición de la glándula tiroidea. Para realizar esta prueba se utiliza una pequeña cantidad de yodo radioactivo que ayuda a encontrar la causa del hipertiroidismo y detectar nódulos tiroideos. Su profesional de atención médica podría pedirle que evite los alimentos con alto contenido de yodo, como las algas marinas o los medicamentos que contienen yodo, durante una semana antes de la prueba.
Para hacer la exploración, un técnico le inyecta una pequeña cantidad de yodo radioactivo o una sustancia similar en la vena. También podría tragar la sustancia en forma líquida o de cápsulas. La exploración se realiza 30 minutos después de la inyección, o hasta 24 horas después de tragar la sustancia, para permitir que la tiroides tenga tiempo suficiente de absorberla.
Durante la exploración, usted se acostará en una mesa mientras una cámara especial toma imágenes de la tiroides. La exploración generalmente toma 30 minutos o menos.
Los nódulos tiroideos que producen demasiada hormona tiroidea aparecen claramente en las imágenes. Si el yodo radioactivo aparece en toda la tiroides podría significar que tiene la enfermedad de Graves.
Aunque solo se necesita una pequeña cantidad de radiación para una exploración de la tiroides y se considera segura, no debe hacerse esta prueba si está embarazada o amamantando.
Una prueba de absorción de yodo radiactivo, conocida también como prueba de absorción tiroidea, puede ayudar a verificar la función tiroidea y encontrar la causa del hipertiroidismo. La tiroides “absorbe” el yodo de la sangre para producir hormonas tiroideas, de ahí su nombre de prueba de absorción. Su profesional de atención médica podría pedirle que evite los alimentos con alto contenido de yodo, como las algas marinas o los medicamentos que contienen yodo, durante una semana antes de la prueba.
Para hacerse esta prueba, tragará una pequeña cantidad de yodo radioactivo en forma líquida o en cápsula. Durante la prueba, se sentará en una silla mientras un técnico le coloca un dispositivo llamado sonda gamma en el cuello, cerca de la glándula tiroides. La sonda mide la cantidad de yodo radioactivo que la tiroides absorbe de la sangre. Las mediciones a menudo se toman de 4 a 6 horas después de tragar el yodo radiactivo y nuevamente a las 24 horas. La prueba toma solo unos minutos.
Si la tiroides acumula una gran cantidad de yodo radioactivo, quizás tenga la enfermedad de Graves o uno o más nódulos que producen exceso de la hormona tiroidea. Es posible que le hagan esta prueba junto con una exploración de la tiroides.
Aunque la prueba solo necesita una pequeña cantidad de radiación y se considera segura, no debe hacerse esta prueba si está embarazada o amamantando.
Si su profesional de atención médica encuentra un nódulo o una protuberancia en el cuello durante un examen físico o en pruebas de diagnóstico por la imagen de la tiroides, es posible que le hagan una biopsia por aspiración con aguja fina para determinar si la protuberancia es cancerosa o no.
Para hacerse esta prueba, se acostará en una mesa de exploración y estirará ligeramente el cuello hacia atrás. Un técnico le limpiará el cuello con un antiséptico y podría usar medicamentos para adormecer el área. Bien sea un endocrinólogo que trata a las personas con problemas de la glándula endocrina, como la enfermedad de la tiroides, o un radiólogo especialmente capacitado, colocará una aguja a través de la piel y mediante una ecografía guiará la aguja hacia el nódulo. Se enviarán pequeñas muestras de tejido del nódulo a un laboratorio para su análisis. Este procedimiento generalmente toma menos de 30 minutos. Su profesional de atención médica hablará con usted sobre el resultado de la prueba cuando esté disponible.
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COL Henry B. Burch, MD, Chair, Endocrinology Division and Professor of Medicine, Uniformed Services
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